El ASIMO de Honda es más bajito que Mazinger -es más o menos como un crío-, pero no necesita -o cada vez menos- la intervención humana para funcionar: capaz de interpretar por sí mismo lo que ve, cada vez tiene más habilidades, con unos movimientos ya casi tan naturales como los de una persona.
La constante evolución de ASIMO -esta es su nueva versión-, y de la robótica en general, nos trae estos humanoides que ya van pudiendo interactuar con personas -reconociendo voces y caras-: en x años podrían acompañar en los hogares -por lo menos de quienes se los puedan permitir- como mayordomos, ayudando a los ancianos...
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